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Volumen 8: n.o 1, enero de 2011

INVESTIGACIÓN ORIGINAL
Obesidad y enfermedades concurrentes en una poblaci�n de las Naciones Originarias de Canad�


ÍNDICE


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Resumen
Introducción
Métodos
Resultados
Discusión
Agradecimientos
Datos sobre los autores
Referencias bibliográficas
Tablas


Sharon G. Bruce, PhD; Natalie D. Riediger, MSc; James M. Zacharias, MD, MSc; T. Kue Young, MD, DPhil

Citaci�n sugerida para este art�culo: Bruce SG, Riediger ND, Zacharias JM, Young TK. Obesidad y enfermedades concurrentes en una poblaci�n de las Naciones Originarias de Canad�. Prev Chronic Dis 2011;8(1):A03. http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/jan/09_0212_es.htm. Consulta [fecha].

REVISADO POR EXPERTOS

Resumen

Introducci�n
Las tasas de obesidad son m�s altas en las poblaciones ind�genas de las Naciones Originarias de Canad� que en otras poblaciones no ind�genas. Estudiamos la obesidad y las enfermedades concurrentes en una comunidad de las Naciones Originarias de Manitoba.

M�todos
Realizamos un cribado de diabetes y complicaciones de la diabetes en el 2003, extrayendo una muestra representativa de adultos del grupo ind�gena Naciones Originarias de Manitoba (N = 483). Evaluamos las enfermedades cr�nicas y los factores de riesgo respectivos.

Resultados
La prevalencia de obesidad y de enfermedades concurrentes fue m�s alta en las mujeres que en los hombres. Mediante un an�lisis multivariado, encontramos que los factores asociados significativamente a la obesidad en las mujeres eran la presi�n arterial diast�lica, la resistencia a la insulina y su situaci�n laboral. En los hombres, los factores eran la edad, los niveles de apolipoprote�na A1 y apolipoprote�na B y la resistencia a la insulina. El 75% de los participantes del estudio presentaba al menos una de las siguientes afecciones: obesidad, dislipidemia, hipertensi�n o diabetes. La comorbidad fue alta inclusive en los grupos etarios m�s j�venes; el 22% de los hombres y el 43% de las mujeres de 18 a 29 a�os ten�an dos o m�s afecciones cr�nicas. El 22 por ciento de los participantes ten�a hipertensi�n no diagnosticada. Los participantes con hipertensi�n no diagnosticada ten�an afecciones cr�nicas en una proporci�n significativamente m�s alta y una mayor probabilidad de presentar microalbuminuria que los que no ten�an hipertensi�n. El n�mero de afecciones cr�nicas no vari� de manera significativa entre los participantes con hipertensi�n de diagn�stico reciente y los que ten�an hipertensi�n previamente diagnosticada.

Conclusiones
La prevalencia de obesidad y de otras afecciones cr�nicas en la comunidad del estudio es alta, especialmente si se considera el n�mero de personas j�venes. Se est�n llevando a cabo intervenciones basadas en la comunidad para reducir la tasa excesiva de enfermedades.

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Introducci�n

Las poblaciones ind�genas canadienses de las Naciones Originarias tienen una salud m�s precaria que la poblaci�n general de Canad� (1), especialmente en t�rminos de enfermedades cr�nicas, factores de riesgo de enfermedades cr�nicas (2) y lesiones y accidentes (3). En Canad�, Naciones Originarias es uno de los tres grupos ind�genas oficialmente constituidos; los otros dos son M�tis e Inuit. Para fines de este art�culo, usamos el t�rmino ind�gena al informar sobre las investigaciones realizadas en dos o m�s de estos grupos si en el an�lisis no se marcaron distinciones entre los grupos. Sin embargo, si la investigaci�n solo abarc� a un grupo, lo identificamos por su nombre. De acuerdo con la Encuesta de Salud Comunitaria Canadiense del 2005-2006, la prevalencia de obesidad en las personas canadienses que se autoidentificaron como ind�genas y que no viv�an en reservas era del 20% en el norte de Canad� (Yukon, Territorios del Noroeste y Nunavut) y 23% en el resto de Canad� (4).

La prevalencia de obesidad parece ser m�s alta en las personas de las Naciones Originarias que viven en las reservas. En Sandy Lake, Ontario, la prevalencia de obesidad (�ndice de masa corporal [IMC] 30 kg/m2) fue del 50% en los hombres y del 65% en las mujeres (5). Aun m�s, en una comunidad de Naciones Originarias en Quebec, el 91% de los participantes del estudio de una muestra de 172 personas presentaba obesidad abdominal (6). La prevalencia de obesidad fue del 55% en la muestra de personas de Naciones Originarias en Alberta y del 49% en la muestra del grupo M�tis (7).

La prevalencia de enfermedades concurrentes de la obesidad tambi�n es alta en las personas de Naciones Originarias. La prevalencia de diabetes es de 3 a 5 veces m�s alta que en la poblaci�n general del pa�s (5-8). La hipertensi�n, la dislipidemia, el s�ndrome metab�lico y las complicaciones de la diabetes como enfermedades cardiovasculares (ECV), accidentes cerebrovasculares, retinopat�as, neuropat�as y nefropat�as tambi�n son factores importantes que contribuyen a la precaria salud (2,5-10). Las ECV son una de las principales causas de muerte en Canad� y la tasa de mortalidad por estas afecciones en las poblaciones ind�genas es el doble que en las poblaciones no ind�genas (2). En una muestra aleatoria, la tasa de ECV fue del 18% en los canadienses de origen ind�gena y del 8% en los de origen europeo (2).

Pese a las evidencias de un exceso de obesidad, diabetes y afecciones metab�licas en las poblaciones de Naciones Originarias de Canad�, muy pocos investigadores han estudiado la comorbilidad en este grupo. Nuestro objetivo fue sondear la magnitud y el efecto de la obesidad y las enfermedades concurrentes en una poblaci�n ind�gena de Naciones Originarias en Manitoba.

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M�todos

Nuestros m�todos han sido descritos anteriormente (10). Brevemente, en el 2003, 483 residentes de una comunidad de Naciones Originarias en Manitoba que reun�an los requisitos aceptaron participar de manera voluntaria en un cribado de diabetes y de complicaciones asociadas a la diabetes. El n�mero total de 1,356 participantes que reun�an los requisitos inclu�a personas de 18 a�os o m�s que no estuvieran embarazadas, que figuraran registradas como ind�genas y que residieran en la comunidad. Nuestra muestra (36%, 483 de 1,356) es representativa de los participantes que reun�an los requisitos por edad y sexo (10). Una enfermera certificada obtuvo muestras sangu�neas v�a venosa para medir los niveles de glucosa, hemoglobina A1c, insulina, colesterol total, lipoprote�nas de alta densidad (colesterol HDL), triglic�ridos, apolipoprote�na A1 (apoA1), total de apolipoprote�na B (apoB) y homociste�na de los participantes en ayunas (se calcul� la lipoprote�na de baja densidad [colesterol LDL] ).

Una enfermera certificada o un auxiliar capacitado en investigaci�n cient�fica administr� un cuestionario de 17 preguntas que inclu�a datos demogr�ficos est�ndar (edad, sexo, situaci�n laboral y nivel de estudios), antecedentes de tabaquismo actual o pasado, n�mero de cigarrillos fumados por d�a, diagn�stico previo de diabetes o hipertensi�n (��Alguna vez le ha dicho un m�dico que tiene diabetes? �Desde hace cu�nto tiene diabetes ?�) y medicamentos que toma actualmente. Se utilizaron m�todos convencionales para obtener medidas antropom�tricas (11). La estatura se midi� con cinta m�trica en la pared y escuadra al 0.5 cm m�s pr�ximo; el peso se midi� en una balanza al 0.1 kg m�s pr�ximo; la circunferencia de la cintura se midi� en la parte m�s visiblemente delgada de la cintura o al nivel de la doceava costilla al 0.5 cm m�s pr�ximo; y la circunferencia de la cadera se midi� al nivel de la s�nfisis p�bica y en el �rea m�s grande de las nalgas al 0.5 cm m�s pr�ximo (11).

La obesidad abdominal se defini� como una circunferencia de la cintura mayor a 102 cm en los hombres y 88 cm en las mujeres (10). La diabetes se defini� como glucemia en ayunas de 7.0 mmol/L o m�s, o un diagn�stico previo de la enfermedad; la intolerancia a la glucosa en ayunas se defini� como glucemia en ayunas de 6.1 a 6.9 mmol/L (12). La hipertensi�n se defini� como presi�n arterial sist�lica mayor de 140 mmHg o presi�n arterial diast�lica mayor de 90 mmHg, o un diagn�stico previo. La dislipidemia se defini� como nivel de triglicemia de 1.7 mmol/L o m�s y nivel de colesterol HDL de 1.03 mmol/L o menos en los hombres y de 1.30 mmol/L o menos en las mujeres. El s�ndrome metab�lico se determin� utilizando los criterios del Tercer Panel de Tratamiento para Adultos o ATP III (13). La resistencia a la insulina se calcul� a trav�s del modelo de evaluaci�n homeost�tico (HOMA), que fue calculado como sigue: [(insulina [pmol] x 0.139) x (glucosa [mmol/L]/22.5)]. La microalbuminuria se defini� como la relaci�n alb�mina-creatinina mayor de 2.0 mg/mmol en hombres y 2.8 mg/mmol en mujeres. La neuropat�a se defini� como presencia de entumecimiento, hormigueo, dolor y p�rdida de la sensibilidad protectora determinada mediante la aplicaci�n del sistema de monofilamentos de Semmes-Weinstein de 10-g (Sensory Testing Systems, Baton Rouge, Louisiana) (14). Una enfermera certificada complet� el examen de los pies utilizando el monofilamento de 10-g. La Junta de Revisi�n �tica para las Investigaciones de la Universidad de Manitoba aprob� el proyecto.

Los an�lisis estad�sticos se realizaron utilizando el programa estad�stico SPSS versi�n 16 para Windows (IBM, Chicago, Illinois). Usamos pruebas de ch� cuadrada (X 2) para identificar diferencias de prevalencia de enfermedades cr�nicas, factores de riesgo y variables sociodemogr�ficas entre ambos sexos. Comparamos las diferencias que presentaban ambos sexos en las variables de distribuci�n continua mediante pruebas t o de Mann-Whitney para las variables con distribuci�n anormal. Las diferencias en el n�mero de afecciones cr�nicas por grupo etario y sexo y el n�mero de enfermedades concurrentes por condici�n de hipertenso se determinaron mediante pruebas de ch� cuadrada. Las pruebas fueron a 2 colas y se consideraron diferencias significativas en P < .05. Utilizamos modelos de regresi�n log�stica para calcular las razones de probabilidad (OR) de la obesidad y la microalbuminuria con intervalos de confianza (IC) del 95%. Se excluy� de los an�lisis a los participantes con valores incompletos. No se identificaron patrones para los valores faltantes por sexo, grupo etario, enfermedad cr�nica o variables de factores de riesgo.

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Resultados

La informaci�n demogr�fica y el perfil de salud de la muestra del estudio describen a una poblaci�n joven con un bajo nivel de estudios y un alto �ndice de desempleo (Tabla 1). Hab�a una alta prevalencia de tabaquismo, diabetes, hipertensi�n, sobrepeso y obesidad en los participantes del estudio. Se obtuvieron las medidas de la circunferencia de la cintura de 259 de los 264 participantes obesos; el 96% (250 de 259) presentaba circunferencias que los pon�an en un alto riesgo de efectos adversos en la salud (9). No encontramos diferencias significativas en la prevalencia de diabetes o hipertensi�n entre hombres y mujeres. Sin embargo, la prevalencia de dislipidemia en las mujeres (38%) fue significativamente mayor que en los hombres (26%).

Obesidad general y abdominal

Utilizamos el IMC y la circunferencia de la cintura para clasificar a los participantes como obesos por sexo y edad (Figura 1). Casi el 50% de los hombres y el 65% de las mujeres eran obesos, en t�rminos del IMC, y el 53% de los hombres y el 81% de las mujeres presentaron obesidad abdominal. La obesidad era m�s frecuente en las mujeres que en los hombres, de acuerdo a su IMC (χ2 = 14.62, P < .001) y la obesidad general (χ2 = 41.38, P < .001). La prevalencia de IMC 30 kg/m2 fue m�s alta en mujeres entre 18 y 29 a�os de edad que en hombres del mismo grupo etario (χ2 = 9.06, P < .01). La obesidad abdominal fue significativamente m�s frecuente en las mujeres que en los hombres de todos los grupos etarios excepto en el de 40 a 49 a�os. Tres cuartas partes de las mujeres entre 18 y 29 a�os de edad ten�an obesidad abdominal (Figura 1).

Gr�fica de barras

Figura 1. Prevalencia de la obesidad por edad y sexo en una poblaci�n de las Naciones Originarias. IMC, �ndice de masa corporal. La obesidad abdominal se defini� como una circunferencia de la cintura mayor a 102 cm en los hombres y 88 cm en las mujeres. [Tambi�n disponible una versi�n tabular de esta figura.]

Dadas las diferencias de obesidad entre hombres y mujeres y la alta prevalencia de obesidad abdominal, determinamos factores asociados a la obesidad abdominal para cada sexo utilizando regresi�n log�stica multivariada paso a paso. Las variables usadas en los modelos fueron aquellas que estaban significativamente asociadas a la obesidad abdominal en los an�lisis bivariados. Para las mujeres, las variables fueron edad; presi�n arterial sist�lica y diast�lica; niveles de triglic�ridos, de apoA1 y apoB; resistencia a la insulina; estudios y situaci�n laboral. Para los hombres, las variables incluidas en el modelo fueron edad; presi�n arterial sist�lica y diast�lica; niveles de triglic�ridos, apoA1 y apoB; resistencia a la insulina y microalbuminuria  (Tabla 2).

Para las mujeres, la probabilidad de obesidad abdominal aumentaba con la presi�n arterial diast�lica y la resistencia a la insulina. Por otra parte, la probabilidad de obesidad era menor en las mujeres que trabajaban que en las que estaban desempleadas. En los hombres, la obesidad abdominal estaba asociada a una mayor edad, resistencia a la insulina, niveles m�s bajos de apoA1 y m�s altos de apoB.

Enfermedades concurrentes

Determinamos la magnitud de la comorbidad en esta poblaci�n con relaci�n a cuatro afecciones cr�nicas: obesidad, diabetes, hipertensi�n y dislipidemia. La distribuci�n de las afecciones cr�nicas por sexo y edad (Figura 2) mostr� que las mujeres de 18 a 29 a�os y de 50 a�os o m�s presentaban una cantidad significativamente mayor de afecciones cr�nicas que los hombres de los mismos grupos etarios. El 22% (16 de 73) de los hombres y el 43% (30 de 69) de las mujeres de 18 a 29 a�os de edad ten�an dos o m�s afecciones cr�nicas prevenibles. De los participantes con obesidad abdominal, el 48% (147 de 303) ten�a hipertensi�n y el 35% (111 de 313) diabetes. El 37% (54 de 147) de los casos de hipertensi�n y el 26% (29 of 111) de los de diabetes en estos participantes no hab�an sido diagnosticados.

Gr�fica de barras

Figura 2. Porcentajes de la muestra con afecciones cr�nicas (obesidad, diabetes, hipertensi�n, dislipidemia) por sexo y edad en una poblaci�n de las Naciones Originarias de Canad�. [Tambi�n disponible una versi�n tabular de esta figura .]

Hipertensi�n no diagnosticada

En general, el 22% (72 de 337) de los participantes del estudio ten�a hipertensi�n no diagnosticada. Comparamos la magnitud de la comorbilidad en los participantes con hipertensi�n de diagn�stico reciente y dos grupos: 1) participantes que no eran hipertensos y 2) participantes con un diagn�stico previo de hipertensi�n (Tabla 3). Aquellos con hipertensi�n de diagn�stico reciente ten�an una probabilidad significativamente mayor de sufrir m�s afecciones cr�nicas que los normotensos. Sin embargo, no encontramos diferencias significativas en la magnitud de la comorbilidad entre aquellos con un diagn�stico reciente de hipertensi�n y los que hab�an recibido un diagn�stico previo. En t�rminos de resultados de salud, la probabilidad ajustada de microalbuminuria en personas con hipertensi�n de diagn�stico reciente era casi dos veces mayor que en las personas que no sufr�an de hipertensi�n. La probabilidad ajustada de microalbuminuria en personas con hipertensi�n diagnosticada previamente fue casi 5 veces mayor que en las personas que ten�an hipertensi�n.

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Discusi�n

La prevalencia de obesidad en la poblaci�n del estudio es una de las m�s altas que se reportan en una comunidad canadiense de las Naciones Originarias en una reserva (6,7) y es considerablemente mayor que en la poblaci�n general de Canad� (4) y en las poblaciones de ind�genas que no viven en reservas (4,15), seg�n los estudios que han utilizado datos autorreportados (4,6) o mediciones directas (15). La alta prevalencia de obesidad en la poblaci�n del estudio es preocupante, dado el papel etiol�gico de la obesidad en la diabetes, las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares y algunos c�nceres. La prevalencia de diabetes que encontramos es una de las m�s altas que se reportan en las poblaciones de las Naciones Originarias de Canad� (6,7,16).

Un hallazgo preocupante es la alta prevalencia de obesidad en los adultos j�venes, especialmente mujeres en edad reproductiva. Existe una relaci�n bien documentada entre obesidad materna y diabetes gestacional, diabetes tipo 2, nacimientos con problemas m�dicos y obesidad y diabetes tipo 2 en los hijos de las mujeres afectadas (17-20). Por lo tanto, la prevalencia de obesidad en esta poblaci�n joven del estudio amerita intervenciones. Estos hallazgos son importantes por dos razones: 1) los participantes contrajeron afecciones cr�nicas desde una edad joven y 2) una gran proporci�n de participantes obesos presentaba diabetes e hipertensi�n no diagnosticadas.

Los resultados de la regresi�n log�stica confirmaron las asociaciones establecidas entre obesidad y niveles de lipidemia, hipertensi�n, resistencia a la insulina y factores sociodemogr�ficos en la poblaci�n del estudio. Los an�lisis de regresi�n por sexo no incluyeron l�pidos en la evaluaci�n de la obesidad abdominal en las mujeres. Tenemos dos posibles razones para esto. En primer lugar, la prevalencia de obesidad abdominal fue alta en las mujeres de todos los grupos etarios pero esto no ocurri� con los niveles anormales de l�pidos. Estas diferencias por edad pueden haber parecido m�nimas porque nuestro resultado (obesidad) se observ� en todos los grupos etarios. En segundo lugar, las investigaciones anteriores muestran diferencias significativas por sexo en la relaci�n entre adiposidad y lipidemia (21). Debido a que s� se registraron niveles anormales de l�pidos en las mujeres, es necesario realizar m�s an�lisis de los resultados del estudio.

Encontramos una alta prevalencia de enfermedades concurrentes incluso en los grupos etarios m�s j�venes. El Estudio sobre diabetes y afecciones relacionadas en los ind�genas de zonas urbanas de la regi�n de Darwin (DRUID) tambi�n encontr� un alto n�mero de enfermedades cardiovasculares concurrentes en los abor�genes australianos y la cifra de enfermedades concurrentes aumentaba con la edad (22). Una gran proporci�n de participantes del estudio ten�a diabetes e hipertensi�n no diagnosticadas, pese a la fuerte correlaci�n establecida entre la obesidad y la diabetes, la dislipidemia y la hipertensi�n (23) (no pudimos determinar la magnitud de la dislipidemia no diagnosticada en los participantes del estudio porque no les pedimos que indicaran sus niveles lip�dicos anormales). En un estudio anterior, los factores de riesgo para no medirse la presi�n arterial inclu�an ser hombre, no haberse casado nunca, no tener un m�dico fijo, ser joven y pertenecer a un grupo ind�gena o a otra minor�a �tnica (24). En nuestro estudio, la probabilidad de no recibir un diagn�stico de hipertensi�n era m�s alta en los hombres (OR, 3.27; IC de 95%, 1.74-6.10; P < .01) y los participantes m�s j�venes (OR, 1.04; IC de 95% , 1.01-1.07; P < .001).

En nuestro estudio, la hipertensi�n no diagnosticada no era benigna. La magnitud de la comorbidad en los participantes con hipertensi�n de diagn�stico reciente fue similar que en aquellos con hipertensi�n previamente diagnosticada. Adem�s, el riesgo de microalbuminuria fue significativamente m�s alto en participantes con hipertensi�n de diagn�stico que en los que no ten�an hipertensi�n, pero no vari� significativamente entre los que ten�an un diagn�stico reciente de hipertensi�n y aquellos con un diagn�stico previo. Esto parece indicar que la hipertensi�n de diagn�stico reciente en los participantes estaba presente desde hac�a alg�n tiempo. La asociaci�n entre hipertensi�n y los resultados en la salud como ECV y accidentes cerebrovasculares amerita pruebas de detecci�n constantes por parte de prestadores de servicios m�dicos, especialmente en poblaciones de alto riesgo. Cabe la posibilidad de que a algunos participantes del grupo de �diagn�stico reciente� su m�dico les haya dicho que ten�an hipertensi�n, pero tal vez no lo recordaban o no lo entendieron. Sin embargo, ninguno estaba usando medicamentos contra la hipertensi�n, por lo que probablemente no hab�an recibido un diagn�stico antes de nuestro estudio.

El presente estudio est� sujeto a limitaciones. Primero, nuestra muestra se bas� en voluntarios y por tal motivo puede que no sea representativa de la comunidad en general o de otras comunidades de las Naciones Originarias de Canad�. Los estudios de detecci�n con participantes voluntarios puede que atraigan principalmente a personas sanas que tengan mucho inter�s en informarse sobre su salud, lo que puede causar una subestimaci�n en la cifra de enfermedades. Por otra parte, un estudio de detecci�n puede atraer a personas que ya tienen problemas de salud y que est�n buscando asistencia m�dica adicional, lo que puede resultar en una sobreestimaci�n de la prevalencia de enfermedades en una poblaci�n. No creemos que nuestra muestra est� sobrerrepresentada por alguno de estos grupos debido a que hubo una inclusi�n igualitaria de hombres y mujeres y a que la distribuci�n por edad era acorde a la poblaci�n que reun�a los requisitos (10). Otro indicativo de que la prevalencia de enfermedades en la comunidad no estaba sobreestimada es que solo la mitad de los miembros de la comunidad que se sab�a que ten�an diabetes particip� en el estudio. Ninguna de las 15 personas con enfermedad renal terminal particip� en el estudio y solo participaron 3 de los 10 miembros de la comunidad que hab�an sufrido amputaciones (10). La prevalencia de enfermedades cr�nicas y de factores de riesgo que reportamos no difiere sustancialmente de las investigaciones anteriores.

Una segunda limitaci�n es el uso de pruebas de glucosa en ayunas en lugar de pruebas de tolerancia a la glucosa. De haberse realizado pruebas 2-h de tolerancia a la glucosa, se habr�an identificado m�s personas con diabetes. Sin embargo, nuestro protocolo es aceptable para la investigaci�n epidemiol�gica. Una tercera limitaci�n es que no validamos con prestadores de servicios m�dicos las mediciones autorreportadas de hipertensi�n y diabetes, as� que podr�amos haber subestimado la prevalencia autorreportada y por tanto, sobreestimado el n�mero de casos no diagnosticados. Sin embargo, anteriormente reportamos una falta de adherencia a los est�ndares de atenci�n m�dica en esta comunidad con relaci�n al examen de los pies en personas con diabetes (10), de manera que puede ser que a los participantes no se les hayan realizado pruebas de diabetes y de hipertensi�n aunque se las hayan prescrito. Finalmente, el estudio es transversal, por lo que no se puede inferir la secuencia temporal de los eventos.

La prevalencia de obesidad en esta poblaci�n es una de las m�s altas reportadas en las poblaciones de las Naciones Originarias de Canad�, particularmente en mujeres en edad reproductiva. La magnitud de las enfermedades concurrentes de la obesidad en esta poblaci�n es alta incluso en los adultos j�venes, y las mujeres de casi todas las edades tienen una tasa de comorbidad significativamente mayor que los hombres. Una proporci�n considerable de participantes tiene hipertensi�n no diagnosticada que puede haber estado presente desde hace tiempo, dadas las asociaciones significativas con otras enfermedades cr�nicas y con la microalbuminuria. La prevalencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y renales en esta poblaci�n puede predecir una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y renales. Adem�s, dada la influencia de la obesidad materna y la diabetes en la salud de los hijos, podr�a sobrevenir un incremento en los casos de obesidad infantil y diabetes tipo 2 en la comunidad.

Sin embargo, el aumento de la prevalencia de obesidad y las afecciones relacionadas con la misma no es algo inevitable. Se est�n llevando a cabo muchas actividades de prevenci�n. En primer lugar, se realiza una investigaci�n en la comunidad orientada a prevenir la diabetes gestacional a trav�s del control del peso en el embarazo mediante la dieta y el ejercicio. En segundo lugar, la comunidad opera un gimnasio que cuenta con buenos equipos e instructores. En tercer lugar, los gimnasios ofrecen clases sobre dieta, ejercicio y bienestar. Cuarto, el gimnasio organiza grupos de caminatas para j�venes y adultos. Y en quinto lugar, se est�n llevando a cabo programas de actividades para adultos j�venes en entornos extraescolares. Sin embargo, dado el demostrado efecto de la obesidad en la salud, se requiere de una vigilancia continua de las enfermedades cr�nicas y los factores de riesgo, al igual que m�s iniciativas de fomento de la salud y educaci�n en salud. Continuamos trabajando con la comunidad para desarrollar y evaluar actividades de prevenci�n primaria y secundaria.

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Agradecimientos

Queremos agradecer a los Institutos Canadienses de Investigaci�n en Salud (CIHR) y al Instituto de Investigaci�n en Salud de Manitoba por su aporte financiero a este proyecto. La doctora Riediger es beneficiaria de una beca de graduado doctoral del CIHR de Canad�. Tambi�n extendemos nuestro agradecimiento a Mary Cheang, por su asistencia estad�stica. Finalmente, agradecemos a la comunidad del estudio, el personal y los l�deres por su participaci�n y dedicaci�n continua.

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Datos sobre el autor

Autor responsable de la correspondencia: Sharon G. Bruce, PhD, University of Manitoba, Department of Community Health Sciences, S113 Medical Services Bldg, 750 Bannatyne Ave, Winnipeg, MB Canada R3E 0W3. Tel�fono: 204-975-7745. Correo electr�nico: brucesg@cc.umanitoba.ca.

Afiliaciones de los autores: Natalie D. Riediger, James M. Zacharias, Universidad de Manitoba, Winnipeg, Manitoba, Canad�; T. Kue Young, Universidad de Toronto, Toronto, Ontario, Canad�.

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Tablas

Volver al textoTabla 1. Caracter�sticas de la poblaci�n de las Naciones Originarias (N = 483), Manitoba, Canad�, 2003
Caracter�sticaa Valor
Sexo, n (%)
Hombres 230 (48)
Mujeres 253 (52)
Edad y media de edad (ED) 37.8 (12.3)
Nivel de estudios (n = 469), n (%)
9.o grado o m�s 220 (47)
Menos del 9.o grado 249 (53)
Situaci�n laboral (n = 476), n (%)
Empleado 137 (29)
Desempleado 339 (71)
Alguna vez fum� (n = 477), n (%)
S� 391 (82)
No 86 (18)
Fumador actual (n = 471), n (%)
S� 349 (74)
No 122 (26)
IMC, kg/m2 (n = 468), n (%)
<25.0 76 (16)
25.0-29.9 128 (27)
≥30.0 264 (56)
S�ndrome metab�licob (n = 475), n (%) 252 (53)
Obesidad abdominalc  (n = 464) 313 (68)
Diabetesd (n = 483), n (%) 140 (29)
Hipertensi�ne (n = 472), n (%) 201 (43)
Dislipidemiaf (n = 483), n (%) 155 (32)
Microalbuminuriag (n = 466), n (%) 94 (20)

Abreviaturas: SD, desviaci�n est�ndar; IMC, �ndice de masa corporal.
a Los numeradores var�an de 464 a 483 porque no todos los participantes completaron el protocolo.
b Definido seg�n los criterios del Tercer Panel de Tratamiento para Adultos (13).
c Definida como >102 cm en hombres y >88 cm en mujeres.
d Definida como un diagn�stico anterior o glucemia en ayunas ≥7.0 mmol/L.
e Definida como presi�n arterial sist�lica >140 mm Hg o presi�n arterial diast�lica >90 mm Hg o diagn�stico previo.
f Definida como nivel de triglic�ridos ≥1.7 mmol/L y nivel de colesterol HDL ≤1.03 mmol/L en hombres o ≤1.30 mmol/L en mujeres.
g Definida como relaci�n alb�mina-creatinina >2.0 mg/mmol en hombres y >2.8 mg/mmol en mujeres.

Volver al textoTabla 2. Probabilidad de obesidad abdominal por sexo, poblaci�n de las Naciones Originarias (N = 483), Manitoba, Canad�, 2003

Abreviaturas: SE, error est�ndar; OR, raz�n de probabilidad; IC, intervalo de confianza; apo, apolipoprote�na.
aCalculada por regresi�n log�stica.

Volver al textoTabla 3. Enfermedades concurrentes y riesgo de microalbuminuria por condici�n de hipertensi�n, poblaci�n de las Naciones Originarias, Manitoba, Canad�, 2003
Sexo Factor de riesgo � (SE) OR (IC 95%) Valor Pa
Mujeres Actualmente empleada -1.16 (0.45) 0.31 (0.13-0.76) .01
Presi�n arterial diast�lica 0.05 (0.02) 1.05 (1.01-1.10) .03
Resistencia a la insulina 1.14 (0.205) 0.31 (0.13-0.76) .01
Hombres Edad 0.05 (0.01) 1.05 (1.02-1.08) .001
ApoA1 -3.06 (1.20) 0.05 (0-0.49) .01
ApoB 1.54 (0.68) 4.64 (1.22-17.65) .02
Resistencia a la insulina 0.33 (0.08) 1.40 (1.19-1.63) <.001

Abreviaturas: ES, error est�ndar.
a Ajustada por sexo y edad. Aquellas personas con hipertensi�n reci�n diagnosticada no tuvieron una diferencia significativa en el riesgo de microalbuminuria en comparaci�n con los que ten�an hipertensi�n previamente diagnosticada.
b En este an�lisis, solo incluimos participantes cuyos valores estaban disponibles para todas las variables.
c Calculada usando prueba de ch� cuadrada.

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Condici�n de hipertensi�n del participante (N = 453)b N.o de participantes (%) Riesgo de microalbuminuriaa
N.o de enfermedades concurrentes Valor Pc � (ES) Raz�n de probabilidad Valor Pc
0 1 2 3
No hipertensi�n (n = 263), n (%) 111 (42) 88 (33) 50 (19) 14 (5) 1 [Referencia] 1 [Referencia] 1.000 1 [Referencia]
Hipertensi�n de diagn�stico reciente (n = 72), n (%) 17 (24) 20 (28) 19 (26) 16 (22) <.001 0.653 (0.48-0.82)   1.921 <.001
Hipertensi�n de diagn�stico previo (n = 118), n (%) 18 (15) 36 (31) 38 (32) 26 (22) .510 1.542 (1.22-1.86) 4.673 <.001
 



 



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