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Volumen 8: n.o 2, marzo de 2011

INVESTIGACIÓN ORIGINAL
Adiposidad, marcadores biol�gicos de enfermedad y resistencia a la insulina en adolescentes mexicoamericanos, 2004-2005


ÍNDICE


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Resumen
Introducción
Métodos
Resultados
Discusión
Agradecimientos
Datos sobre los autores
Referencias bibliográficas
Tablas


Anne R. Rentfro, PhD, RN; Jeanette C. Nino, MS; Rosa M. Pones, MPH, RN; Wendy Innis-Whitehouse, PhD; Cristina S. Barroso, DrPH; Mohammed H. Rahbar, PhD; Joseph B. McCormick, MD, MS; Susan P. Fisher-Hoch, MD, MBBS, MSc, MRCPath

Citaci�n sugerida para este art�culo: Rentfro AR, Nino JC, Pones RM, Innis-Whitehouse W, Barroso CS, Rahbar MH, et al. Adiposidad, marcadores biol�gicos de enfermedad y resistencia a la insulina en adolescentes mexicoamericanos, 2004-2005. Prev Chronic Dis 2011;8(2):A40. http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/mar/10_0006_es.htm. Consulta: [fecha].

REVISADO POR EXPERTOS

Resumen

Introducci�n
Las tasas de obesidad y sobrepeso, que con frecuencia derivan en diabetes tipo 2, han aumentado dr�sticamente en los ni�os estadounidenses durante los pasados 30 a�os. Analizamos las asociaciones entre la resistencia a la insulina y otros marcadores de enfermedad en una muestra de adolescentes mexicoamericanos de una comunidad gravemente desfavorecida en la zona fronteriza de Texas-M�xico.

M�todos
En este estudio descriptivo, analizamos los resultados de 325 estudiantes  de una escuela de estudios secundarios superiores. Medimos estatura, peso, circunferencia de la cintura, presi�n arterial, glucosa sangu�nea y nivel de l�pidos; calculamos el �ndice de masa corporal y estimamos la resistencia a la insulina.

Resultados
Aproximadamente el 50% de la muestra (media de edad, 16 a�os de edad) ten�a sobrepeso o era obesa, y hab�a un mayor n�mero de participantes obesos que con sobrepeso. M�s del 40% ten�a una medida elevada de la circunferencia de cintura y el 66% presentaba un nivel elevado de colesterol lipoproteico de alta densidad. Estas caracter�sticas ya se hallaban presentes en los participantes m�s j�venes (12 a�os de edad). Si bien solo el 1% de los participantes ten�a un nivel elevado de glucosa sangu�nea en ayunas, el 27% presentaba resistencia a la insulina y la mayor�a de este grupo eran obesos tambi�n. De manera similar, los participantes con una medida de la circunferencia de cintura elevada ten�an m�s probabilidad de presentar resistencia a la insulina que quienes ten�an una cintura de medida normal.

Conclusi�n
Los participantes en esta muestra ten�an resistencia a la insulina, un poderoso predictor de diabetes. Dos marcadores, el colesterol lip�dico de baja densidad y la medida elevada de la circunferencia de cintura, estuvieron fuertemente relacionados con la resistencia a la insulina; el sustituto de la adiposidad central, la circunferencia de la cintura, demostr� tener una fuerte asociaci�n. Identificamos en la muestra niveles elevados de obesidad y marcadores de enfermedades futuras. Estos hallazgos subrayan la necesidad de abordar la resistencia a la insulina, por lo menos desde la adolescencia, para prevenir consecuencias adversas en la econom�a, la sociedad y la salud.

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Introducci�n

Las tasas de obesidad y sobrepeso en ni�os y adolescentes en los Estados Unidos se triplicaron entre 1980 y 2002 y continuaron en ascenso hasta el 2006 (1,2). Debido a que la obesidad generalmente deriva en diabetes tipo 2, la carga de esta enfermedad aumentar� en forma correspondiente (2-4). Los hispanos tienen el doble de probabilidad de padecer diabetes tipo 2 que las personas no hispanas de raza blanca (5). La diabetes tipo 2 pedi�trica, que en el pasado se consideraba una enfermedad rara, en la actualidad representa casi un tercio de todos los casos de diabetes en ni�os menores de 18 a�os de edad (6), y los adolescentes mexicoamericanos se ven afectados en forma desproporcionada (7). A�n m�s, las tasas de diabetes tipo 2 son mayores en las zonas fronterizas del sur de Texas que en ninguna otra �rea del estado o de los Estados Unidos, y representan casi la mitad de los casos de diabetes pedi�trica en algunas zonas de Texas (8).

Tener sobrepeso o ser obeso, espec�ficamente el exceso de tejido adiposo visceral, se asocia a la resistencia a la insulina (RI), que se considera un precursor de la diabetes tipo 2 (9). La predisposici�n gen�tica tambi�n contribuye a la RI, y las personas de origen mexicoamericano tienen un mayor riesgo que los blancos no hispanos (10). Existen escasos par�metros para evaluar el riesgo entre adolescentes, pero la mayor�a de los expertos concuerdan que los ni�os obesos que tienen anomal�as metab�licas mantienen estos mismos patrones an�malos en la adultez (4). A pesar de la predisposici�n reconocida, se sabe muy poco acerca de los predictores de diabetes tipo 2, como la RI, en adolescentes mexicoamericanos sanos.

Los estudios han relacionado en forma constante los resultados de salud desfavorables con el nivel socioecon�mico bajo y la pobreza (11,12). A�n m�s, independientemente de la edad o el grupo �tnico, los estudios han vinculado en forma constante la obesidad con la pobreza (13,14). Goodman y sus colegas (15) determinaron que la RI era m�s prominente en adolescentes de nivel socioecon�mico inferior comparados con los grupos de nivel socioecon�mico m�s elevado. M�s del 45% de los ni�os viven por debajo del nivel de pobreza federal en la zona fronteriza de Texas-M�xico, en comparaci�n con el 31% en Texas y el 28% en los Estados Unidos (16,17). Establecimos y analizamos las caracter�sticas metab�licas, socioecon�micas y antropom�tricas en una muestra de adolescentes mexicoamericanos residentes de la zona fronteriza Texas-M�xico, en uno de los condados m�s pobres de los Estados Unidos (18).

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M�todos

Realizamos un estudio multisectorial de 325 adolescentes alumnos de una escuela secundaria superior localizada en el extremo sur de la zona fronteriza Texas-M�xico, en la ciudad de Brownsville, estado de Texas, con una poblaci�n de 177,112 (16). Utilizamos una muestra de conveniencia debido a que la escuela y el proceso de consentimiento limitaron el acceso a los estudiantes.

Extrajimos la muestra del grupo de alumnos de los grados 9.o al 12.o matriculados en 1 de las 5 escuelas secundarias superiores del distrito escolar. Los 2,064 alumnos del estudio comprend�an el 19% del total de los estudiantes matriculados del distrito (11,020) (19) y representaban al distrito desde el punto de vista socioecon�mico y demogr�fico. La mayor�a de los alumnos de las 5 escuelas secundarias superiores del distrito eran mexicoamericanos (98% autorreportado por los padres) (19); el 99% reun�a los requisitos para participar de los programas de comidas en las escuelas financiados por el gobierno federal (16,18,19).

El Comit� de protecci�n de participantes humanos en investigaciones del Centro Houston de Ciencias M�dicas de la Universidad de Texas, la junta de revisi�n institucional para la protecci�n de participantes humanos de investigaciones de la Universidad de Texas en Brownsville y la Universidad de Texas Southmost y la junta directiva del distrito escolar aprobaron el protocolo. Antes de la recopilaci�n de los datos, obtuvimos el consentimiento por escrito de cada participante y de uno de los padres o del tutor legal.

Reclutamiento

En las reuniones obligatorias del cuerpo docente, presentamos la informaci�n acerca del estudio. En segunda instancia, los docentes invitaron a los miembros del equipo del estudio a sus salones de clase. Los administradores permitieron el acceso solo a los cursos electivos que ten�an objetivos relacionados con la salud (p. ej. desarrollo evolutivo infantil, ocupaciones laborales del campo de la salud, Junior Reserve Officer Training Corps o cuerpo de reserva juvenil del ej�rcito en entrenamiento), que abarcaban a menos de la mitad del cuerpo estudiantil. Adem�s de realizar las presentaciones, el equipo del estudio hizo la promoci�n del estudio en ferias de salud, mesas de informaci�n en zonas de mucho tr�fico, folletos y anuncios dirigidos al p�blico.

El personal del estudio mantuvo su presencia en la escuela durante la fase de recopilaci�n de datos. Si bien las autoridades escolares dieron su apoyo, prohibieron que los alumnos dejaran de asistir a las clases para participar. En su lugar, la enfermera de la escuela y el coordinador del estudio fijaron las citas. Los participantes tomaban parte en el estudio antes del horario de comienzo de las clases o durante su tiempo libre. El coordinador del estudio y el investigador principal recopilaron los datos (tomaron muestras de sangre en ayunas y midieron estatura, peso y circunferencia de cintura). Los participantes reprogramaban su cita si llegaban sin estar en ayunas. Despu�s de tomar las medidas en ayunas, los participantes recib�an jugo y galletas saladas. La enfermera de la escuela coordinaba servicios de consejer�a y seguimiento para los casos que ten�an valores antropom�tricos an�malos.

La muestra incluy� estudiantes entre 15 y 18 a�os de edad. Se excluy� a los estudiantes que autorreportaron embarazo o afecciones f�sicas que pudieran influir en las medidas antropom�tricas, como amputaciones. Los participantes se presentaban en la enfermer�a para la recopilaci�n de datos. Los datos se recopilaron de manera prospectiva en 325 participantes (tasa de participaci�n del 16%), de lunes a viernes, entre febrero del 2004 y marzo del 2005, excepto durante los meses de verano, cuando la escuela estaba cerrada.

Mediciones

Los alumnos autorreportaban la edad, la fecha de nacimiento, el grado escolar y el grupo �tnico. Categorizamos las edades como adolescencia temprana (<15 a�os de edad), adolescencia media (15-17 a�os de edad) y adolescencia tard�a (>17 a�os de edad).

Usamos equipos y m�todos est�ndar para medir el peso y la estatura. Los participantes se quitaban los zapatos y se paraban, inm�viles, sobre una balanza electr�nica port�til con los pies ligeramente separados y el peso distribuido equitativamente. Registramos la estatura con un estadi�metro port�til, donde los estudiantes se paraban erguidos, sin respirar y con la mirada hacia adelante. Calculamos el �ndice de masa corporal (IMC) como el peso en kilogramos dividido por la estatura en metros cuadrados (kg/m2). Clasificamos con sobrepeso a los participantes con un IMC en el percentil 85 y hasta por debajo del percentil 95, por edad y sexo, y como obesos a aquellos con un IMC en el percentil 95 o por encima del mismo, seg�n las tablas de crecimiento de los Centros para el Control y la Prevenci�n de Enfermedades (20).

Determinamos la adiposidad central con la medida de la circunferencia de cintura, para lo cual los participantes permanec�an de pie, respirando normalmente. Usamos los c�lculos de Fern�ndez y sus colegas (21) de los percentiles de la circunferencia de cintura para adolescentes mexicoamericanos por edad, sexo y estatura, que provienen de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrici�n. Consideramos como elevada a la medida de la circunferencia de cintura que correspondi� al percentil 75 o estaba por encima del mismo, seg�n edad, sexo y estatura (21).

Medimos la presi�n arterial seg�n el protocolo del Fourth Report on the Diagnosis, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure in Children and Adolescents (Cuarto Informe sobre Diagn�stico, Evaluaci�n y Tratamiento de la Hipertensi�n en Ni�os y Adolescentes) (22). Para el an�lisis, usamos la media de 2 valores sist�licos tomados por el mismo examinador, con un intervalo de pocos minutos. De acuerdo con los est�ndares del Programa Nacional de Educaci�n sobre la Hipertensi�n que representan el sexo, la edad y la estatura, consideramos como elevada a la presi�n arterial sist�lica ubicada en el percentil 90 o por encima del mismo (22).

Despu�s de que los participantes ayunaron por 10 horas, les extrajimos sangre para medir glucosa sangu�nea, insulina y l�pidos en ayunas. Usamos equipos y m�todos est�ndar para determinar los niveles de glucosa sangu�nea e insulina. Usamos la ecuaci�n para la resistencia a la insulina del modelo de evaluaci�n de la homeostasis para calcular la resistencia a la insulina (HOMA-IR por sus siglos en Ingles) (23,24). Tambi�n usamos equipos est�ndar para medir l�pidos s�ricos, incluidos triglic�ridos, colesterol total, lipoprote�nas de alta densidad (colesterol HDL) y lipoprote�nas de baja densidad (colesterol LDL).

Nos guiamos por los Est�ndares para la Atenci�n M�dica del 2010 de la Asociaci�n Americana de Diabetes para definir los valores de glucosa sangu�nea en ayunas: elevada hasta por lo menos 7.0 mmol/L e intolerancia a la glucosa en ayunas para los valores entre 5.6 y 6.9 mmol/L. Definimos la RI seg�n HOMA-IR de por lo menos 3.16 (23). Consideramos como elevados los valores de los triglic�ridos de por lo menos 11.1 mmol/L (transformaci�n logar�tmica para el an�lisis) (26,27). Para los an�lisis, usamos los puntos de corte para HDL, LDL y colesterol total en adolescentes recomendados por el National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel (Panel de Tratamiento para Adultos del Programa Nacional de Educaci�n sobre el Colesterol) (26,27).

An�lisis

No se elimin� ninguna observaci�n debido a valores faltantes; sin embargo, especificamos denominadores donde faltaron valores para variables individuales. Para los an�lisis univariados, modelos de regresi�n log�stica separados usaron la RI como variable dependiente; el IMC, la medida de la circunferencia de cintura, la edad, el sexo, el colesterol HDL, el colesterol LDL, los triglic�ridos y el colesterol total fueron las variables independientes. Por medio de la regresi�n log�stica multivariada, con la RI como variable dependiente, se controlaron los factores potenciales de confusi�n y modificaci�n de los efectos. Para realizar los an�lisis utilizamos la versi�n 9.1.3 del programa SAS (SAS Institute, Inc, Cary, Carolina del Norte).

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Resultados

Participaci�n

De un total de 2,064 estudiantes matriculados, 337 adolescentes aceptaron participar; 325 acudieron a 1 cita de examen m�dico para la recopilaci�n de datos. Usamos protocolos est�ndar con llamadas telef�nicas como recordatorios e intentos de volver a fijar las citas que faltaron. Los valores faltantes generalmente se derivaron de la imposibilidad de obtener un volumen de muestra suficiente o de ex�menes m�dicos incompletos. Doce participantes no acudieron a sus citas. Luego de 5 intentos para volver a fijar las citas, retiramos del estudio a esos participantes.

De los 325 adolescentes, el 65% (n = 211) eran de sexo femenino, el 92% (n = 298) report� ser de origen mexicoamericano y el 66% (n = 213) report� que los 4 abuelos hab�an nacido en M�xico. La mayor�a de los participantes (edad promedio de 16 a�os) cursaban el 9.o (43%) o el 10.o (25%) grado, en comparaci�n con las matr�culas del distrito para 9.o y 10.o grados de 37% y 28%, respectivamente.

La mitad de los participantes fueron categorizados como obesos o con sobrepeso. Los obesos representaban la proporci�n mayor, un 27% (33% sexo masculino, 24% sexo femenino). M�s de un tercio de los participantes ten�an medidas de la circunferencia de cintura que indicaban adiposidad central.

Marcadores biol�gicos de resultados de salud adversos

Los valores metab�licos an�malos eran una ocurrencia regular dentro de este grupo de adolescentes que, de otra manera, ser�an considerados sanos (Tabla 1). Los participantes obesos ten�an una probabilidad 10 veces mayor de presentar RI frente a los participantes que no eran obesos (Tabla 2). Los participantes con sobrepeso ten�an una probabilidad 2.7 veces mayor de presentar RI frente a los que no ten�an sobrepeso. Si bien es significativa, la relaci�n del colesterol total con la RI result� una de las conexiones m�s d�biles indicadas en la etapa univariada. La adiposidad central mostr� de manera constante una estrecha relaci�n con la RI. Entre los participantes con una medida elevada de la circunferencia de cintura, el 53% present� RI, en comparaci�n con el 10% de los participantes con una medida normal de la circunferencia de cintura. Por lo tanto, la medida de la circunferencia de cintura estaba fuertemente relacionada con la RI y contribuy� a identificar a los adolescentes de esta muestra que ten�an el riesgo mayor de diabetes tipo 2. No hallamos una relaci�n significativa entre la RI y el sexo, la edad o la glucosa sangu�nea en ayunas.

Sobre la base de estos hallazgos, probamos a la RI como la variable de resultado en un modelo multivariado con la medida de la circunferencia de cintura y el colesterol HDL (Tabla 2). La edad, el sexo y el IMC permanecieron en el modelo debido a su relaci�n con la RI en otras poblaciones, aunque el IMC se correlacion� con la medida de la circunferencia de cintura (r2 = 0.60; P < .001). En el modelo multivariado se excluyeron el colesterol total, los triglic�ridos y el colesterol LDL, debido a la d�bil relaci�n indicada en el an�lisis univariado y porque estos valores lip�dicos covar�an de manera inversa con el colesterol HDL. Debido al n�mero prominente de participantes con colesterol HDL elevado (66%), que se considera modificable mediante el uso de intervenciones no farmacol�gicas de actividad f�sica, est� variable permaneci� en el modelo. En el modelo multivariado, la relaci�n entre RI con sexo o edad continu� siendo no significativa. Los participantes con medidas de la circunferencia de cintura y valores de HDL elevados ten�an m�s probabilidad de presentar RI que quienes ten�an valores normales.

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Discusi�n

Si bien tienen una predisposici�n a la diabetes, los adolescentes mexicoamericanos han estado subrepresentados en los estudios de exploraci�n de marcadores predictores de RI para obtener evidencias cient�ficas sobre la prevenci�n de la diabetes tipo 2. Los adolescentes de nuestro estudio ten�an casi el doble de probabilidad de ser obesos en comparaci�n a los adolescentes mexicoamericanos a nivel nacional (2). De hecho, los participantes obesos sobrepasaron en n�mero a los participantes con sobrepeso. El IMC mayor registrado de 49.9 kg/m2 se�ala la naturaleza extrema de la obesidad en esta muestra. A�n m�s, los adolescentes de sexo masculino en nuestro estudio ten�an la misma probabilidad de tener sobrepeso que las adolescentes de sexo femenino y presentaban la misma tasa de RI (27%). Sin embargo, los varones de esta muestra ten�an tasas de obesidad superiores a las de las ni�as. La falta de una relaci�n significativa entre la RI y la glucosa sangu�nea en ayunas de esta muestra puede reflejar la baja tasa de valores an�malos de glucosa sangu�nea en ayunas. Con la RI cr�nica, la transici�n a la intolerancia a la glucosa en la diabetes tipo 2 sucede en forma gradual.

Los adolescentes en esta muestra presentaron obesidad, RI y anomal�as metab�licas a tasas usualmente asociadas a adultos mayores. Los expertos recomiendan programas de prevenci�n y detecci�n e intervenciones de estilo de vida para la diabetes tipo 2 en ni�os y adolescentes (28,29). Es m�s probable que los adolescentes con mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 se encuentren entre los que presentan RI a una edad temprana.

El punto de corte de Keskin y sus colegas (23) identific� a los adolescentes obesos que presentaron RI. El uso de los tertiles y cuartiles superiores para los puntos de corte de nuestra muestra result� en una RI elevada de 33 y 25% respectivamente. Los valores HOMA-IR del tertil superior (2.92) y del cuartil superior (3.36) HOMA-IR fueron m�s altos que los resultados del tertil y el cuartil de Keskin. Estos c�lculos proporcionaron un mayor soporte para el uso de los puntos de corte de Keskin en adolescentes. Los an�lisis de regresi�n m�ltiple que exploran las relaciones cuando la RI sube pueden brindar un enfoque de mayor sensibilidad para explorar los predictores en participantes dentro del rango normal de RI, m�s que identificar las relaciones entre factores asociados solo al grupo afuera de ese rango.

Si bien el IMC por edad y sexo para ambas categor�as de participantes, obesos y con sobrepeso, tuvo una relaci�n significativa con la RI en un an�lisis univariado, la significancia desapareci� con el an�lisis multivariado. Una posible explicaci�n es que el IMC refleja un tipo de relaci�n cuando se lo considera aislado, pero la relaci�n se debilita dentro del contexto de predictores m�s poderosos. Otros estudios de adolescentes proporcionan soporte para la utilizaci�n de la medida de la circunferencia de cintura como un marcador adicional de riesgo para enfermedades metab�licas tempranas (30-32). La fuerte relaci�n entre el colesterol HDL bajo y la RI tambi�n contribuy� a identificar a los participantes que presentaban el riesgo mayor de enfermedad. Los perfiles de riesgo de enfermedad que presentan el colesterol HDL son menos comunes en los estudios de adolescentes que los perfiles de riesgo que presentan medidas de la circunferencia de cintura o colesterol HDL (33,34). Nuestros an�lisis proporcionan soporte para la contribuci�n de la medida de la circunferencia de cintura y el colesterol HDL a los perfiles de riesgo de los adolescentes.

Nuestro estudio tuvo varias limitaciones. Los adolescentes presentan un desaf�o particular en entornos no cl�nicos, como las escuelas, cuando se requiere la realizaci�n de ayuno nocturno para la venipunci�n. Los varones constitu�an el 51% de las matr�culas del cuerpo estudiantil; sin embargo, de manera similar a otros estudios, particip� la mitad de los varones (35%) en relaci�n a las ni�as (65%). Los datos se recopilaron de 1 sola escuela de las 5 que pertenecen al distrito. Los requerimientos administrativos para la participaci�n de los estudiantes fuera del horario de clases, la limitaci�n a clases de educaci�n sobre temas de salud con pocos alumnos inscritos y el permitir el acceso a adolescentes que probablemente estaban m�s interesados en un estilo de vida saludable, posiblemente gener� una sobrerrepresentaci�n de adolescentes m�s activos y menos obesos y un sesgo hacia la subnotificaci�n de la obesidad y los trastornos relacionados. La falta de puntos de corte establecidos para adolescentes mexicoamericanos present� una limitaci�n adicional. El dise�o descriptivo no experimental que seleccion� una escuela espec�fica en 1 ciudad limita la generalizaci�n de estos hallazgos. De todas maneras, en general nuestros hallazgos indican la necesidad de estudios similares en otras poblaciones de adolescentes mexicoamericanos y de otros grupos �tnicos, particularmente de aquellos que residen en localidades con caracter�sticas singulares.

Este estudio explora la relaci�n entre adiposidad, marcadores biol�gicos de enfermedad y RI en una muestra de adolescentes mexicoamericanos de uno de los distritos escolares m�s pobres de los Estados Unidos. Nuestros hallazgos ofrecen soporte adicional para la existencia de una relaci�n entre la RI y la obesidad y los marcadores de enfermedad en adolescentes mexicoamericanos e indican la necesidad de normas estatales y escolares continuas para abordar la obesidad epid�mica desde una perspectiva basada en la poblaci�n. Son necesarios los estudios intervencionales prospectivos para prevenir la obesidad y las enfermedades relacionadas con esta afecci�n en regiones pobladas por mexicoamericanos y en zonas de gran pobreza.

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Agradecimientos

Este estudio fue patrocinado con la subvenci�n n.o P20 MD000170-05 del Centro Nacional de Salud de las Minor�as y Disparidades de Salud de los Institutos Nacionales de Salud, que se ubica en el predio regional de Brownsville de la Facultad de Salud P�blica de la Universidad de Texas y del Programa Fronteras Saludables 2010 del Departamento de Servicios de Salud de Texas.

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Datos sobre los autores

Autora responsable de la correspondencia: Anne R. Rentfro, PhD, RN, University of Texas at Brownsville and Texas Southmost College, Nursing Department, 80 Fort Brown, Brownsville, TX 78520. Tel�fono: 956-882-5070. Correo electr�nico: anne.rentfro@utb.edu.

Afiliaciones de los autores: Jeanette C. Nino, Cristina S. Barroso, Joseph B. McCormick, Susan P. Fisher-Hoch, Universidad de Texas en Brownsville, Brownsville, Texas; Rosa M. Pones, Distrito Escolar Independiente de Brownsville, Brownsville, Texas; Wendy Innis-Whitehouse, Universidad de Texas-Panamericana, Edinburg, Texas; Mohammad H. Rahbar, Universidad de Texas en Houston, Houston, Texas. La Sra. Nino tambi�n est� afiliada a la Universidad de Texas Southmost.

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Referencias bibliogr�ficas

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Tablas

Volver al textoTabla 1. Medidas antropom�tricas y marcadores biol�gicos en una muestra de adolescentes mexicoamericanos, sur de Texas, 2004-2005
Caracter�sticas na Media (SD) An�malo, N.o (%)
Edad, a�os 325 15.8 (1.4) NA
Presi�n arterial sist�lica, percentil por edad, sexo y estatura 320 109 (10.5) NC
�ndice de masa corporal, kg/m2 321 25.8 (5.9) NA
�ndice de masa corporal, percentil por edad y sexob 321 76.9 (24.3) 160 (50)
Circunferencia de cintura, percentil por edad y sexoc 321 85.7 (16.0) 132 (41)
Glucosa sangu�nea en ayunas, mmol/Ld 302 4.9 (0.5) 3 (1)
Intolerancia a la glucosa en ayunase 299 NA 25 (8)
Insulina,  U/mL2 299 11.8 (8.6) NAf
HOMA-IRg 297 2.6 (2.1) 82 (27)
Colesterol HDL, mmol/Lh 302 0.1 (0.3) 200 (66)
Colesterol LDL, mmol/Lh 302 2.3 (0.6) 91 (30)
Triglic�ridos, mmol/Lh 239 0.9 (0.5) 59 (20)
Colesterol total, mmol/Lh 302 3.9 (0.7) 51 (20)

Abreviaturas: SD, desviaci�n est�ndar; NA, no corresponde; BP, presi�n arterial; NC, no se calcul�; HOMA-IR, modelo de evaluaci�n de la homeostasis para la resistencia a la insulina; HDL, lipoprote�na de alta densidad; LDL, lipoprote�na de baja densidad.
a Tama�o de la muestra de <325 refleja ex�menes incompletos o volumen de sangre insuficiente en todas las pruebas. Se utilizaron todos los resultados de las pruebas completas independientemente de si el participante pas� por todas las pruebas.
b El valor normal corresponde al percentil <85 (20).
c El valor normal corresponde al percentil <75 (21).
d El valor normal es <7.0 mmol/L (13).
e Definido como 5.6-6.9 mmol/L (13).
f No existen valores normales estandarizados para la insulina en adolescentes.
g
El valor normal es <3.16 (5).
h Los valores normales del colesterol HDL son >1.2 mmol/L para adolescentes varones entre 14-19 a�os de edad y >1.3 mmol/L para el resto; colesterol LDL <2.8 mmol/L; triglic�ridos <1.2 mmol/L y colesterol total <4.4 mmol/L (26,27).

Volver al textoTabla 2. Probabilidad de tener resistencia a la insulina, por marcadores biol�gicos, adolescentes mexicoamericanos, sur de Texas, 2004-2005
Caracter�sticas N.o (%) de participantes con RI OR (IC 95%)
Univariado
OR ajustado (IC 95%) Multivariado
Sexo
Varones 105 (27.6) 1 [Referencia] NA
Ni�as 192 (27.6) 1.0 (0.6-1.7) NA
Categor�a de edadesa
Adolescencia temprana 59 (27.1) 1 [Referencia] NA
Adolescencia media 198 (26.3) 1.0 (0.5-1.8) NA
Adolescencia tard�a 40 (35.0) 1.5 (0.6-3.4) NA
�ndice de masa corporalb percentil por edad y sexo
Normal 148 (12.2) 1 [Referencia]
Percentil ≥85 al 95 (sobrepeso) 67 (26.9) 2.7 (1.3-5.5) 1.0 (0.40-2.6)
Percentil ≥95 (obeso) 81 (56.8) 9.5 (4.9-18.4) 1.6 (0.6-4.5)
Percentil de circunferencia de la cintura por edad, sexo y estatura
Normal 179 (10.3) 1 [Referencia]
Percentil ≥75 117 (53.0) 9.7 (5.4-17.9) 6.9 (2.7-17.5)
Triglic�ridosc
Normal 239 (19.7) 1 [Referencia] NA
An�malo 58 (60.3) 6.2 (3.4-11.5) NA
Colesterol HDLc
Normal 98 (13.0) 1 [Referencia]
An�malo 199 (35.0) 3.6 (1.9-6.9) 2.4 (1.2-5.1)
Colesterol LDLc
Normal 243 (21.2) 1 [Referencia] NA
An�malo 54 (42.7) 2.8 (1.6-4.8) NA
Colesterol totalc
Normal 237 (24.1) 1 [Referencia] NA
An�malo 60 (41.7) 2.3 (1.3-4.1) NA

Abreviaturas: RI, resistencia a la insulina; OR, raz�n de probabilidad; IC, intervalo de confianza; NA, no aplica;  HDL, lipoprote�na de alta densidad; LDL, lipoprote�na de baja densidad.
a Las categor�as de edades de la adolescencia eran adolescencia temprana, <15 a�os de edad; adolescencia media, 15-17 a�os de edad y adolescencia tard�a, >17 a�os de edad.
b Se combinaron las categor�as de los percentiles de IMC "por debajo de lo normal" (percentil <5) y "normal" (percentil 5 al percentil <85).
c Los valores normales son colesterol HDL >1.2 mmol/L para adolescentes varones de 14-19 a�os de edad y >1.3 mmol/L para el resto; colesterol LDL <2.8 mmol/L; triglic�ridos <1.2 mmol/L y colesterol total <4.4 mmol/L (26,27).

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