Anisha I. Patel, MD, MSPH, MSHS; Laura M. Bogart, PhD; Marc N. Elliott,
PhD; Sheila Lamb, LCSW; Kimberly E. Uyeda, MD, MPH; Jennifer Hawes-Dawson;
David J. Klein, MS; Mark A. Schuster, MD, PhD
Citaci�n sugerida para este art�culo: Patel AI,
Bogart LM, Elliott MN, Lamb S, Uyeda KE, Hawes-Dawson J, et al. Aumento en
la disponibilidad y el consumo de agua en las escuelas de educaci�n
secundaria: Estudio piloto. Prev Chronic Dis 2011;8(3):A60.
http://www.cdc.gov/pcd/issues/2011/may/10_0105_es.htm. Consulta: [fecha].
REVISADO POR EXPERTOS
Resumen
Introducci�n
Si bien varios estudios apuntan a que beber agua puede ayudar a prevenir la
obesidad, ninguna investigaci�n en los Estados Unidos ha examinado los
efectos de servir agua en las escuelas y de promover su consumo en los
estudiantes. Evaluamos la aceptabilidad, la viabilidad y los resultados de
una intervenci�n escolar para mejorar el consumo de agua en los
adolescentes.
M�todos
El programa de 5 semanas, llevado a cabo en una escuela secundaria de Los
�ngeles en el 2008, consisti� en el suministro de agua corriente filtrada y
fr�a en cafeter�as escolares; la distribuci�n de botellas de agua
reutilizables entre estudiantes y personal escolar; y la realizaci�n de
actividades promocionales y educativas en la escuela. Se evalu� el consumo
autorreportado de agua, refrescos no diet�ticos, bebidas deportivas y jugos
de frutas al 100% mediante encuestas a los estudiantes (n = 876) para la
preintervenci�n y la postintervenci�n (a la semana y a los 2 meses) en la
escuela donde se realiz� el programa y en la de comparaci�n. Se llev� un
registro de la cantidad de agua (en galones) distribuida diariamente en la
cafeter�a escolar.
Resultados
Despu�s de ajustar por caracter�sticas sociodemogr�ficas y datos de
referencia sobre el consumo de agua en la escuela al inicio del estudio, los
alumnos de la escuela donde se realiz� la intervenci�n presentaban una
probabilidad mayor de tomar agua que los de la escuela de comparaci�n. Los
estudiantes de la escuela con intervenci�n ten�an una probabilidad mayor
ajustada de tomar agua de los bebederos y de las botellas de agua
reutilizables que los de la escuela de comparaci�n. La intervenci�n no tuvo
efectos significativos sobre el consumo de otras bebidas.
Conclusi�n
El suministro de agua corriente filtrada y fr�a en las cafeter�as escolares,
acompa�ado de actividades de promoci�n y educaci�n, est� asociado a un mayor
consumo de agua en las escuelas. Se necesita un estudio aleatorizado
controlado para evaluar la influencia de dicha intervenci�n en el consumo de
agua y bebidas azucaradas en los estudiantes, as� como los resultados
relacionados con la obesidad.
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Introducci�n
La obesidad infantil ha aumentado en las �ltimas cuatro d�cadas (1). Un
creciente n�mero de art�culos cient�ficos establece un v�nculo entre
obesidad y consumo de bebidas azucaradas y de jugos de frutas al 100% (2,3),
y varios estudios parecen indicar que beber agua ayuda a prevenir la
obesidad (4-6).
Dado que, despu�s del hogar, la escuela constituye el segundo lugar m�s
importante donde los ni�os consumen bebidas azucaradas (7), la atenci�n se
centra en restringir su disponibilidad en los centros de ense�anza (8). Los
esfuerzos para aumentar el acceso a bebidas saludables, tales como ampliar
la disponibilidad del agua en las escuelas, han recibido menos atenci�n. A
pesar de que unos cuantos estudios de intervenci�n europeos han examinado el
efecto del suministro y el fomento del consumo de agua en las escuelas para
contrarrestar la ingesta de bebidas azucaradas y la obesidad (5,9), estos
hallazgos no se pueden extrapolar a las escuelas estadounidenses (p. ej.,
algunas escuelas europeas no sirven almuerzos o no venden bebidas).
En el Distrito Escolar Unificado de Los �ngeles (LAUSD), el segundo
distrito escolar m�s grande de los Estados Unidos, habitualmente se ofrece
agua gratuita en los bebederos y en la mayor�a de las escuelas de educaci�n
secundaria y secundaria superior se vende agua embotellada en m�quinas
expendedoras. En el 2002, la junta directiva del distrito escolar de Los
�ngeles aprob� una iniciativa para promover la venta de bebidas saludables
(10). Desde entonces, las escuelas cuentan con bebidas menos azucaradas. El
Programa Nacional de Almuerzos Escolares, un programa federal que
proporciona diariamente almuerzos gratuitos o a precios reducidos para los
estudiantes, distribuye leche con o sin sabor, descremada o con grasa
rebajada al 1%, y jugos de frutas al 100% (11). Las bebidas deportivas, los
jugos de frutas y verduras al 100% y la leche con y sin sabor se venden en
las tiendas escolares y las m�quinas expendedoras.
En estudios que hemos realizado como parte de las investigaciones de
participaci�n comunitaria para abordar las desigualdades de obesidad entre
estudiantes de secundaria, observamos que pocos estudiantes tomaban agua de
los bebederos de las escuelas. Tambi�n hallamos que miembros del personal
escolar, representantes de agencias de salud y nutrici�n y familias
expresaron sus inquietudes sobre el agua en las escuelas, como su atractivo
y la calidad en cuanto a sabor, apariencia y salubridad del agua de los
bebederos, as� como el costo y las repercusiones ambientales por la venta de
agua embotellada en los planteles escolares (12-15). Esas mismas personas
manifestaron su inter�s en mejorar el suministro de agua salubre y de buen
sabor en las escuelas.
Pese a que algunas escuelas en los EE. UU. han establecido programas para
fomentar el consumo de agua en los estudiantes (12), no tenemos conocimiento
de estudios que hayan evaluado estos programas. Analizamos si servir agua en
los comedores escolares, aunado a actividades promocionales y educativas,
tendr�a una relaci�n con el aumento en su consumo y la disminuci�n en el
consumo de bebidas azucaradas en los estudiantes de una escuela secundaria
en Los �ngeles, California. El segundo objetivo fue desarrollar un programa
viable y sostenible para incentivar a los estudiantes a que tomen agua.
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M�todos
Dise�o y participantes
La investigaci�n cuasiexperimental se realiz� en la primavera del 2008 y
evalu� una intervenci�n piloto de 5 semanas para aumentar la disponibilidad
de agua y su consumo en los estudiantes de una escuela secundaria del
distrito escolar unificado de Los �ngeles. En la selecci�n de la escuela
para la prueba piloto, consideramos solo a aquellas donde al menos el 60% de
los estudiantes reun�a los requisitos para recibir almuerzos gratis o a
precios reducidos bajo el programa federal (a manera de representar ingresos
familiares) dada la alta prevalencia de obesidad en los adolescentes de
estrato socioecon�mico bajo (1). Tambi�n tuvimos en cuenta el inter�s de la
escuela y la relaci�n preexistente con el equipo de investigaci�n. La
escuela de comparaci�n deb�a ser comparable con la de la intervenci�n
(Tabla 1); escogimos 1 de
entre 4 escuelas situadas en la misma �rea geogr�fica y con caracter�sticas
similares en cantidad de estudiantes, composici�n racial o �tnica y
porcentaje de estudiantes que estaban aprendiendo ingl�s.
Pese a que la intervenci�n inclu�a actividades escolares generales que
podr�an afectar el consumo de bebidas en todos los estudiantes, las
encuestas solo se aplicaron a los estudiantes de 7.o grado de las
escuelas de intervenci�n y de comparaci�n, debido a limitaciones de costo.
Reclutamos a los participantes del estudio en las clases de ciencias de
7.o grado. El personal de la investigaci�n distribuy� informaci�n
del estudio y formularios de consentimiento en ingl�s y espa�ol para que los
firmaran los padres o tutores y visit� 3 veces las escuelas para
redistribuir la informaci�n y recoger los materiales completados. Los
estudiantes de las clases que devolvieran al menos el 80% de los formularios
de consentimiento firmados (aceptados o no) recibieron tarjetas de regalo
por $5. Pese a que los requisitos para participar en la encuesta eran ser
estudiante de 7.o grado, tener dominio del ingl�s y
consentimiento firmado de los padres, todos los estudiantes de 6.o
a 8.o grados participaron en las actividades de la intervenci�n
en la escuela. La junta de revisi�n institucional de la sociedad RAND y del
distrito escolar de los �ngeles aprobaron el estudio.
Componentes de la intervenci�n
El estudio tuvo lugar dentro del contexto de una investigaci�n
participativa comunitaria m�s grande que abordaba las desigualdades de
obesidad en los adolescentes (12-15). El desarrollo de la intervenci�n se
bas� en investigaci�n formativa (12-14), recomendaciones del personal
escolar y los estudiantes de la escuela con intervenci�n y asesor�a de las
juntas supervisoras comunitarias (15). Los componentes de la intervenci�n
consistieron en el suministro de agua corriente filtrada y fr�a en la
cafeter�a escolar; distribuci�n de botellas de agua reutilizables a personal
y estudiantes; implementaci�n de actividades promocionales en toda la
escuela y educaci�n sobre los beneficios de tomar agua.
Suministro de agua para beber
Como parte de la intervenci�n, el personal de la cafeter�a llen�
dispensadores de agua de 5 galones (Figura) con agua corriente de la llave
de la misma cafeter�a. En cumplimiento con las directrices de la Agencia de
Protecci�n Ambiental (EPA), enviamos a analizar a un laboratorio certificado
de la agencia una muestra de 250-mL de agua de la llave obtenida despu�s del
periodo de 6 a 8 horas de no utilizaci�n (17). El nivel de plomo en la
muestra de agua analizada era menor al nivel que requiere de acci�n de la
EPA (15 ppb). Una compa��a de tratamiento de agua instal� en la llave de la
cafeter�a escolar un filtro de carb�n activado de coco con sedimento de
5-micr�metros para mejorar el sabor y la apariencia del agua corriente que
se serv�a.

Figura. Botella de agua y agua corriente filtrada
suministradas como parte de los cambios en el ambiente escolar para promover
el consumo de agua en los estudiantes, Los �ngeles, California, 2008.
Personal de la cafeter�a escolar llen� los dispensadores con agua
corriente filtrada, los refriger� y los coloc� en el patio de la cafeter�a
durante las horas de almuerzo. Los dispensadores de agua se desinfectaban
cada semana, seg�n un protocolo elaborado por el personal de la cafeter�a y
del equipo investigador. Al comienzo de la intervenci�n, se proporcion� una
botella de agua reutilizable con el logotipo de la escuela y del estudio
(Figura) a todos los estudiantes y miembros del personal escolar para que la
llenaran con agua de los dispensadores de 5 galones. Los maestros les
indicaron a los alumnos que marcaran las botellas con sus nombres, las
llenaran solo con agua y las lavaran frecuentemente.
Monitorizamos el consumo de agua en la cafeter�a escolar de la escuela
donde se hizo la intervenci�n durante las 5 semanas que dur� la intervenci�n
y evaluamos estrategias alternativas para aumentar dicho consumo. En la
cuarta semana de la intervenci�n, colocamos vasos de cart�n al lado de los
dispensadores para los estudiantes que no trajeran sus botellas. Tambi�n
visitamos la escuela despu�s de finalizada la intervenci�n para verificar si
el personal de la cafeter�a continuaba ofreciendo agua a los estudiantes.
Actividades promocionales
Realizamos actividades promocionales para fomentar el consumo de agua en
los estudiantes. A los estudiantes y miembros del personal que ve�amos
tomando agua de los dispensadores de la cafeter�a, los anot�bamos para una
rifa semanal de regalos. Los estudiantes difund�an anuncios para promover
las actividades de la intervenci�n e instaban a tomar agua. La escuela
realiz� concursos de arte sobre la elaboraci�n de mensajes acerca de los
beneficios saludables del agua corriente frente a las bebidas azucaradas.
Actividades educativas
Las actividades educativas consistieron en la exhibici�n de informaci�n
nutricional sobre las bebidas disponibles en la cafeter�a escolar o la
tienda; exhibici�n y distribuci�n de afiches, separadores de libros y
volantes con mensajes sobre las ventajas de salud y ambientales que conlleva
beber agua corriente en contraposici�n con el agua embotellada o las bebidas
azucaradas (p. ej., "si tomas agua gratuita en lugar de comprar un refresco
o jugo todos los d�as, en 6 meses habr�s ahorrado dinero suficiente para
comprar un iPod); sesiones educativas sobre los beneficios de beber agua
corriente frente a las bebidas azucaradas (1 sesi�n para aproximadamente 30
padres de familia y 1 sesi�n para todos los empleados escolares); y
realizaci�n de una sesi�n educativa para 3 clases de ciencias de 7.o
grado centradas en la calidad del agua para beber, en las cuales se
incluyeron actividades para analizar el plomo del agua de determinados
bebederos de la escuela.
Mediciones
Encuestas a estudiantes
Para el cuestionario del estudio, se utilizaron preguntas de encuestas
anteriormente validadas (18,19). Cuando no se contaba con mediciones
validadas, elaboramos preguntas nuevas a partir de investigaciones
cualitativas sobre el suministro de agua en las escuelas (12-14). Refinamos
las preguntas con base en entrevistas cognitivas de una hora que se hicieron
a estudiantes de 6.o y 8.o grados de la escuela con
intervenci�n, los cuales leyeron las preguntas en voz alta, reflexionaron
sobre su significado y subrayaron las de dif�cil comprensi�n (20).
Para evaluar el consumo de agua en la escuela, se les pregunt� a los
estudiantes si el d�a anterior a la encuesta bebieron agua de alguna de las
fuentes siguientes: 1) bebedero, 2) lavabo o la llave, 3) botella, 4)
botella reutilizable tra�da de la casa o 5) otra fuente. Los estudiantes
tambi�n especificaron si tomaron alguna de las bebidas siguientes el d�a
antes de la encuesta: 1) refrescos no diet�ticos, 2) bebidas deportivas o 3)
jugo de frutas al 100%.
Los estudiantes de ambas escuelas respondieron a las encuestas
autoadministradas durante las clases de ciencias antes y despu�s de la
intervenci�n de 5 semanas (una semana y 2 meses despu�s). Volvimos a ambas
escuelas para administrar las encuestas una semana despu�s de las que se
programaron inicialmente, para incluir a los estudiantes que hubieran
faltado. En las encuestas de seguimiento en la escuela con intervenci�n se
evalu� la factibilidad y la sustentabilidad, con preguntas como por qu� no
trajeron a la escuela sus botellas reutilizables (p. ej., "olvid� "; "es muy
grande o muy pesada"); qu� bebidas serv�an en sus botellas reutilizables (p.
ej., agua de la cafeter�a o de los bebederos de la escuela, refresco regular
[no diet�tico]; y se les ped�a que calificaran varios componentes de la
intervenci�n en una escala del 1 al 5 (1 el m�s bajo y 5 excelente).
Todas las encuestas evaluaron las caracter�sticas sociodemogr�ficas de
los estudiantes (p. ej., raza o grupo �tnico, edad, idioma principal hablado
en casa, sexo y elegibilidad para recibir almuerzos gratis o a precio
reducido bajo el programa federal de almuerzos escolares).
Registros de la cafeter�a
El personal de la cafeter�a llev� un registro de la cantidad de agua
tomada de los dispensadores todos los d�as a la hora de las comidas durante
las 5 semanas de la intervenci�n. Tambi�n document� el tiempo que se
requer�a a diario para servir el agua (p. ej., para llenar recipientes,
lavarlos y transportarlos).
An�lisis estad�sticos
Calculamos los promedios y los errores est�ndar y utilizamos pruebas t
para 2 muestras para comparar los resultados de las variables entre la
escuela con intervenci�n y la de comparaci�n. Utilizamos modelos de
regresi�n log�stica multivariada para predecir la probabilidad de tomar
agua, refresco no diet�tico, bebidas deportivas o jugos de frutas al 100% en
la escuela el d�a anterior a la encuesta, a la semana y a los 2 meses de la
postintervenci�n, controlando por separado si la escuela tuvo o no
intervenci�n, consumo de agua del estudiante en la escuela durante la
preintervenci�n, edad, sexo, raza o grupo �tnico, idioma principal hablado
en casa y elegibilidad para el programa de almuerzos escolares gratis o a
precio reducido. Usamos estad�sticas descriptivas para determinar el
promedio de agua (en galones) tomada de los dispensadores en la cafeter�a,
la calificaci�n que le dieron los estudiantes y los motivos para no traer a
la escuela las botellas de agua reutilizables.
Usamos el programa Stata versi�n 10 (StataCorp LP, College Station,
Texas) en los an�lisis multivariados y el SAS versi�n 9.1.3 (SAS Institute,
Inc, Cary, North Carolina) para atribuir datos de la encuesta a los
estudiantes faltantes (21). Usamos las respuestas de los estudiantes a todas
las preguntas de los ciclos de encuestas (p. ej., preintervenci�n,
postintervenci�n 1 semana y 2 meses despu�s) para atribuir datos faltantes.
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Resultados
Participantes del estudio
Si bien se hicieron encuestas a los estudiantes una semana despu�s de la
intervenci�n y a los dos meses, solo se reportan los resultados
correspondientes a la �ltima encuesta, porque son los m�s indicativos de la
sustentabilidad de la intervenci�n. Se recibieron consentimientos de los
padres por escrito del 77% (n = 419) de los estudiantes de la escuela con
intervenci�n y del 79% (n = 484) de los de la escuela de comparaci�n. Un
total de 7% de los padres (6% en la escuela con intervenci�n, 7% en la de
comparaci�n) manifest� su negativa a que participaran sus hijos. El 97% de
los estudiantes de ambas escuelas que contaron con el consentimiento de los
padres particip� en la evaluaci�n de preintervenci�n. El 90% (n = 793) de
los participantes de la postintervenci�n (a los 2 meses) respondi� a las
encuestas de postintervenci�n (90% en la escuela con intervenci�n y 91% en
la de comparaci�n). De los 83 estudiantes que respondieron a las
evaluaciones de preintervenci�n pero no a las encuestas de postintervenci�n
a los 2 meses, el 42% no hab�a asistido a clases, el 34% se hab�a cambiado
de escuela, el 17% declin� participar y el 7% no complet� la encuesta.
Las escuelas intervenci�n y de comparaci�n no presentaron diferencias
significativas con respecto a la edad de los estudiantes, sexo o
elegibilidad para el programa federal de almuerzos escolares gratis o a bajo
precio, pero s� con relaci�n a la distribuci�n racial o �tnica y el idioma
hablado en casa (Tabla 2).
En comparaci�n con los estudiantes de 6.o y 8.o grado
en general (Tabla 1), un porcentaje m�s alto de estudiantes de 7.o
grado se declar� de otra raza o grupo �tnico; un porcentaje menor
report� ser elegible para el programa federal de almuerzos escolares gratis
o a precio reducido.
Resultados
Consumo de bebidas por los estudiantes
Dos meses despu�s de la intervenci�n, el cambio no ajustado entre
estudiantes de la escuela de comparaci�n y con intervenci�n que reportaron
tomar agua de alguna fuente en la escuela fue de 9 puntos porcentuales (-3.7
a 5.7) (Tabla 3). Este
cambio relativo en el consumo de agua de cualquier fuente permaneci�
significativamente distinto en las 2 escuelas despu�s de realizar ajustes (P
= .003). Con respecto al consumo de agua de distintas fuentes de la escuela,
el cambio no ajustado entre estudiantes de la escuela con intervenci�n y la
de comparaci�n que reportaron tomar agua de los bebederos de las escuelas
fue de aproximadamente 9 puntos porcentuales (-2.6 a 6.0) y el cambio no
ajustado entre estudiantes de la escuela de intervenci�n y la de comparaci�n
que reportaron tomar agua de botellas reutilizables fue de aproximadamente 8
puntos porcentuales (-1.7 a 6.1). El cambio relativo permaneci�
significativo para el consumo de agua de los bebederos (P = .02) y de
las botellas reutilizables (P = .005) despu�s de ajustar. No se
encontraron otras diferencias significativas entre la escuela con
intervenci�n y la de comparaci�n.
Agua distribuida en los dispensadores de la cafeter�a
Durante la primera semana de la intervenci�n (cuando los estudiantes y el
personal recibieron botellas de agua reutilizables), el promedio de agua
tomada de los dispensadores de la cafeter�a fue de 31 galones al d�a o 0.3
vasos por estudiante al d�a. Hacia la semana 5, esta cantidad disminuy�
sustancialmente a 10 galones al d�a o 0.1 vasos por estudiante al d�a.
Sustentabilidad de la intervenci�n
Tras la primera semana y a los 2 meses de la intervenci�n, solo el 13% y
el 9% de los estudiantes que respondieron a las encuestas, respectivamente,
reportaron que tra�an su botella de agua reutilizable. Las razones m�s
comunes de no haber tra�do la botella fueron que se les olvid� (41%), que
las botellas eran muy pesadas (36%), que las botellas no eran atractivas o
�cool� (30%) o que prefer�an agua comercial embotellada en lugar de agua
corriente (29%). La mayor�a de los estudiantes calific� los dispensadores de
agua de la cafeter�a (88%) y las botellas de agua reutilizables durante la
intervenci�n (86%) como buena, muy buena o excelente. El agua fue la bebida
m�s consumida por los estudiantes que usaban botellas de agua reutilizables
(63%). Otras bebidas que consumieron eran jugo de frutas al 100% (24%),
bebidas deportivas (23%) y refrescos no diet�ticos (21%); el 39% de los
estudiantes de la escuela con intervenci�n dijo que por lo menos una vez
hab�a rellenado las botellas reutilizables con bebidas azucaradas el mes
anterior.
Pese a que el estudio culmin� en marzo del 2008, el personal de la
cafeter�a continu� ofreciendo agua corriente filtrada y fr�a a los
estudiantes durante el almuerzo (marzo 2008-diciembre 2009). El personal
tambi�n utiliz� fondos de la cafeter�a para proporcionar vasos de cart�n
gratuitos durante los d�as calurosos, para que los estudiantes que no tra�an
su botella pudieran servirse agua de los dispensadores durante el almuerzo.
En septiembre del 2010, gracias en parte a los esfuerzos a favor de la causa
por parte de nuestros aliados en la comunidad, el gobernador Arnold
Schwarzenegger promulg� la ley correspondiente a la iniciativa 1413 del
Senado, en la cual se establece que para julio del 2011, todas las escuelas
del distrito de California deber�n ofrecer gratis agua fresca para beber en
las �reas de comedores de las escuelas p�blicas de California (22).
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Discusi�n
Este estudio piloto parece indicar que servir agua fr�a filtrada en
dispensadores de 5 galones en las cafeter�as escolares, a la par de
actividades educativas y promocionales, puede aumentar el consumo de agua en
los estudiantes de educaci�n secundaria. Los estudiantes de la escuela donde
se realiz� la intervenci�n mostraron una probabilidad mayor de tomar agua de
los bebederos de la escuela y de las botellas reutilizables cuando estaban
en el plantel escolar, frente a los estudiantes de la escuela de
comparaci�n. Si bien el agua fue distribuida en dispensadores de la
cafeter�a durante el programa de 5 semanas, la cantidad de agua dispensada
en el transcurso del programa disminuy� debido a que los estudiantes dejaron
de usar sus botellas reutilizables (2 meses despu�s de la intervenci�n,
menos del 10% de los estudiantes de la escuela de intervenci�n declararon
que las usaban).
Estudios de intervenci�n realizados en Europa han asociado el suministro
y la promoci�n de agua para beber a un aumento en el consumo de agua en los
estudiantes, pero no observaron cambios en el consumo de bebidas azucaradas
o en las ventas de refrescos (5,9). Uno de los estudios demostr� una
disminuci�n en el riesgo de tener sobrepeso (definido como una desviaci�n
est�ndar en las medidas continuas del �ndice de masa corporal [IMC] o
desviaci�n de la media de la distribuci�n independiente del IMC por sexo y
edad) en los estudiantes de la escuela con intervenci�n en relaci�n con los
del grupo de control (5).
A pesar de que las botellas de agua reutilizables eran un medio eficaz
para fomentar el consumo de agua en una escuela primaria alemana donde los
estudiantes pod�an guardarlas al terminar las clases (5), en nuestro estudio
y en un estudio realizado en una escuela secundaria inglesa, (9) las
botellas de agua reutilizables no demostraron ser una estrategia exitosa. A
lo mejor, las botellas de agua reutilizables son m�s adecuadas para
incentivar el consumo de agua en estudiantes de escuelas con espacio para
guardarlas de modo que es menos probable que las pierdan, las da�en o las
olviden en la casa. Para las escuelas que no proporcionan espacio para
guardar pertenencias personales, ser�a m�s eficaz servir agua en recipientes
acompa�ados con vasos de cart�n o agua embotellada gratis durante las
comidas para fomentar el consumo de agua. En nuestro estudio, el personal de
investigaci�n observ� durante la intervenci�n que cuando se colocaban vasos
de cart�n al lado de los dispensadores de agua en la cafeter�a, aumentaba la
cantidad de agua que se sacaba de los dispensadores de 5 galones.
Pese a que nuestro estudio incluy� actividades educativas y promocionales
para motivar a los estudiantes a que consumieran agua, estos eventos solo se
llevaron a cabo durante 5 semanas. Mientras que en un estudio anterior se
instaba a los maestros a ayudar a los estudiantes a llenar sus botellas de
agua en la escuela (5), en el presente estudio los maestros y padres de
familia no participaron activamente en la intervenci�n.
Un informe investigativo difundido en los medios en el que se�alaba que
el agua corriente en algunas escuelas del distrito escolar de Los �ngeles
presentaba una concentraci�n alta de plomo, y que se dio a conocer en el
periodo en que se realizaba la intervenci�n, puede haber disminuido la
eficacia de la misma. Los datos de la escuela de comparaci�n mostraron una
disminuci�n imprevista en el consumo de agua en la escuela desde la
preintervenci�n hasta la etapa de postintervenci�n, durante un periodo que
coincide con la difusi�n del informe investigativo.
Si bien nuestra hip�tesis fue que con este estudio piloto los estudiantes
de la intervenci�n disminuir�an el consumo de bebidas azucaradas, este
efecto no lo observamos. Esto puede relacionarse con un consumo inicial de
bebidas azucaradas de por s� bajo, debido a las normas preexistentes en el
distrito escolar de Los �ngeles que restringen la disponibilidad de estas
bebidas en los centros de ense�anza. En cambio, el hecho de que algunos
estudiantes usaran las botellas de agua reutilizables para tomar bebidas
azucaradas puede haber limitado la eficacia de la intervenci�n.
El fin �ltimo de una intervenci�n para incentivar el suministro de agua
para beber en las escuelas es afectar los resultados cl�nicos, como el IMC.
En virtud de que se trat� de un estudio piloto cuasiexperimental, en el que
no se pudo establecer una relaci�n causal entre intervenci�n y obesidad, no
medimos el IMC de los participantes. Nuestra meta fue elaborar una
estrategia para fomentar que se tome agua en un distrito escolar
estadounidense de grandes dimensiones. Otra limitaci�n de este estudio fue
la utilizaci�n de datos autorreportados por los estudiantes para medir su
consumo de bebidas. Los estudios futuros deber�n tener en cuenta otros
medios para medir la ingesta de bebidas, como observaci�n de los estudiantes
o utilizaci�n de medidores de flujo de agua para determinar la cantidad de
agua dispensada en los bebederos.
Los resultados de este estudio parecen indicar que el suministro de agua
fr�a filtrada en las cafeter�as escolares aunado a actividades de promoci�n
y educaci�n puede ser un medio efectivo para aumentar el consumo de agua en
los estudiantes. Se necesitan estudios ulteriores para explorar los m�todos
m�s eficaces y econ�micos para fomentar el consumo de agua en los
estudiantes de distintos grupos de edad y en distintos ambientes. Si bien
est�n surgiendo evidencias emp�ricas de que servir agua en las escuelas
puede prevenir el sobrepeso, se necesitan estudios futuros para investigar
la mejor manera de implementar esta medida y definir los componentes
(educaci�n, promoci�n, cambios ambientales) m�s eficaces para aumentar el
consumo de agua por los estudiantes.
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Agradecimientos
Agradecemos a Paul Chung, Burton Cowgill, Jacinta Elijah, Idalid Franco,
Sandra Paffen, Alexa Rabin, Jennifer Patch, Akilah Wise, Dodson Middle
School Girl Scout Troop 505, el Centro para la Promoci�n de Salud
Adolescente UCLA/RAND, juntas supervisoras comunitarias (de Healthy
Living, Youth Community y Carson Community) y a los
participantes del estudio por su aporte para esta investigaci�n. Tambi�n
agradecemos a CamelBak (CamelBak Products, LLC, Petaluma, California) por el
donativo de las botellas de agua reutilizables usadas en este estudio.
Este estudio cont� con el patrocinio del Centro Nacional de Salud de las
Minor�as y Disparidades de Salud de los Institutos Nacionales de Salud (no.
R24MD001648); los Centros para el Control y la Prevenci�n de Enfermedades
(no. U48/DP000056); el Programa Robert Wood Johnson Clinical Scholars; la
Universidad de California, Los �ngeles; y RAND. Los autores no tienen
relaci�n econ�mica o conflictos de inter�s relevantes al art�culo a
difundir.
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Datos sobre los autores
Autor responsable de la correspondencia: Anisha I. Patel, MD, MSPH, MSHS,
Assistant Professor, Department of Pediatrics, University of California at
San Francisco, 3333 California St, Ste 245, Mailbox 0503, San Francisco, CA
94118. Telephone: 415-476-9189. E-mail:
PatelA@peds.ucsf.edu. Dr Patel is
also affiliated with the Philip R. Lee Institute for Health Policy Studies,
San Francisco, California.
Afiliaciones de los autores: Laura M. Bogart, David J. Klein, Mark A.
Schuster, Division of General Pediatrics, Children�s Hospital Boston,
Boston, Massachusetts, Harvard Medical School, Boston, Massachusetts, and
RAND Corporation, Santa Monica, California; Marc N. Elliott, Jennifer
Hawes-Dawson, RAND Corporation, Santa Monica, California; Sheila Lamb,
Kimberly E. Uyeda, Los Angeles Unified School District, Los Angeles,
California.
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Referencias bibliogr�ficas
- Wang Y, Beydoun MA.
The obesity epidemic in the United States � gender, age, socioeconomic
status, racial/ethnic, and geographic characteristics: a systematic
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